RECUERDO DE UN AMIGO
Los hombres miran de las profundidades de la sangre
Mientras la cerilla de una vela se pega en una copa
Todos asustados en este caso, con bastante ropa
Se acerca la desgracia, una pesadumbre
El vino rehuyó de su dulce sabor
Huele a amargo, en esta ocasión
Todos se miran, parece una maldición
O es solo un capricho, a mansalva y sin valor
Por la calle desierta viene de su viaje, su faena
Todos recuerdan a Juan Acuña, el fogonero
Solía caminar como lluvia de aguacero
Y a esa misma hora, piteaban los trenes de pena
Este Juan fue detenido y alejado
Tomó un rumbo de un tren en silencio
No tuvo velas, ni ataúd, así amaneció
De una muerte dura y amordazado
Todos preguntaban por él, nadie respondía
Su esposa rogaba, por su llegada
Y nunca llegó, tronchó su vida callada
Pero su figura, su imagen lo veía cada día
Yo recuerdo, su hermosa juventud
Lleno de vida y ambiciones
Queda el recuerdo de sus trenes a montones
No le cabía esta desgracia, por su inquietud
Después de tanto llamar
Apareció cerca del puente Perales
En un hoyo cerrado con ciertos varales
Y solo se pudo conocer por su parte dental
De ahí, a la morgue de Yumbel
Para hacer su funeral en la ciudad de Laja
Con un cortejo triste, cabeza baja
Llegué al cementerio junto a él
La justicia tarda pero llega
Siete malditos con cara de inocentes
Como burlándose del presente
Todo no es igual, todo a ciegas
Hoy solo se acuerdan familiares
Amigos de verdad, algún camarada
Esto ha quedado en la historia contada
Y solo recuerdos junto a los altares
Un tren pitó hace rato en la distancia
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